PROYECTO: Heladería GELATO CARLO ¡Helados para comérselos!

Fresca y moderna. Así es la heladería  de Carlo con estantería Olut.  

Gelato Carlo es el nombre de la heladería más cool de Viena. Has leído bien, en Viena. Allí donde el frío aprieta, es más habitual de lo que te pudieras pensar, comerse un helado sujetándolo con los guantes mientras paseas por esa hermosa ciudad. Y es que acaba de inaugurar la nueva temporada con la misma sonrisa con la que mira Carlo siempre a cámara. Como él mismo nos cuenta: «Yo soy Carlo. Soy hijo de mi madre austriaca y mi padre armenio. Las ideas para mi helado italiano vienen de estas raíces. La apertura, la curiosidad, el gusto por la experimentación y el amor por el trabajo manual dan como resultado su incomparable gusto. Solo combino materias primas naturales y de alta calidad, por ejemplo, una lima brasileña con un coco filipino o un mango indio con una maracuyá mexicana. Lo que sale de ello lo llamo suerte. Porque mi helado significa felicidad en este mundo para mí. Contiene todo lo que hace que valga la pena vivir: diversión, juegos, sueños, ilusiones, dolce vita, libertad, recuerdos de infancia, amor y mucha fantasía. Y como la imaginación no tiene límites, trabajo constantemente en el desarrollo de mi helado. Encontrar variedad de gustos, fusionar, reinventar. Esta es mi suerte! yo soy Carlo.»

Olut ha sido el sistema elegido en la heladería Gelato Carlo para organizar y exponer en la zona de clientes todos los productos que se ofrecen en este popular y singular espacio comercial. Además de diversas estanterías que se ajustan a la medida de los espacios, se han aplicado bancadas para poder acoger a los clientes que esperan.

Por lo general los locales escogidos para las heladerías no suelen ser muy grandes, ya que con un pequeño espacio para alojar la cola de clientes y un par de mesitas o tres nos podemos apañar. El mostrador sí debe ser más bien alargado para poder presentar todas las variedades de helados, pero por lo demás, un helado suele tomarse sobre la marcha, mientras se camina, y por tanto no se suele quedar uno dentro a terminarlo salvo que se cuente con terraza. En lo que se refiere al interiorismo de una heladería, lo habitual es elegir un concepto concreto alrededor del cual gire toda la heladería y a partir de él desarrollar todo lo demás, incluso si te lo propones, el diseño de los propios helado.

Muy importante en estos casos es la manera de exponer los helados, y la imagen general del local, que ayudará mucho en la venta. Por lo general las heladerias tienden a llenarse de color no sólo para acompañar a los vivos tonos de los sabores de los helados sino tambien que el color se asocia a la primavera y al verano, al bueno tiempo y a la diversión… Por tanto, puedes usar el color a discreción, ya sea en tonos pasteles o tonos vivos o flúor más llamativos. En cuanto a estilos, los hay para todos los gustos: desde la imitación a la clásica heladería de principios de siglo, con su madera en le mostrador y su sensación acogedora, hasta la decoración sesentera, que recuerdan a las heladerías americanas. Una elección alternativa, ahora que se lleva este estilo es darle un toque industrial, imitando a una “fabrica de helados”, o bien un estilo vintage, que recuerda más a los helados artesanales.

Las heladerías son cápsulas del tiempo, no importa si es diciembre y hace frío. Entrar en ellas y ver los helados expuestos donde siempre, los cucuruchos apilados haciendo una columna infinita y los vasitos y cucharas esperando a ser usados, nos transporta directamente a cualquier verano pasado.  Curiosamente, no son tantos los lugares que nos generan esta sensación. Acudir “fuera de fecha” a un establecimiento de estas características resulta paradójico. Por esa razón, la construcción de negocios como estos debe estar más que meditada, para que su integración en los pueblos y ciudades genere menos “choque” y se acople al paisaje.

En cualquiera de los casos, recuerda poner atención al diseño de la fachada, que además de resultar llamativa y original debe guardar consonancia con el entorno.

Los proyectos de interiorismo comercial son apasionantes. No se trata sólo de actualizar la imagen de un local, hay una fase previa y muy importante en el que se trabaja minuciosamente el concepto de marca. El interiorismo comercial reclama la atención de los sentidos, en primer lugar de la vista, una de las capacidades sensoriales más potentes y, en plena era del marketing experiencial, ofrecer una panorámica que despierte a los sentidos se antoja fundamental para captar la atención del cliente. Debe proporcionar a los espectadores un escenario idílico en el que se sientan a gusto, al tiempo que servir a las marcas para exponer correctamente sus productos y trasladar a los observadores su propia filosofía.

 

 

Los escaparates se convierten en ese lugar frontera entre dos mundos que tiene que ser capaz de algún modo original y potente de atraer al consumidor hacia dentro. Son la puerta de entrada al espacio en el que le vamos a ofrecer al cliente el producto que desea envuelto de una experiencia que le haga fidelizarse con nuestro comercio. Los espacios de retail, son ya un lugar de distracción y diversión para la gente, donde comprar no es su principal motivación para ir.

 


VER PROYECTOS DE ESPACIOS COMERCIALES CON OLUT

VER PROYECTO TIENDA ROPA  «TREZE»
VER PROYECTO TIENDA ROPA  «ATUNTAO»
VER PROYECTO TIENDA ROPA EN PARÍS


VER ENTREVISTAS A INTERIORISTAS

> VAO INTERIORISMO:
«De Olut destacaría la versatilidad y la magnífica relación calidad-precio»

> GUNARTEA:
«La modularidad de Olut, es versatilidad pura»


> DENYS VON AREND:
«Olut se adapta perfectamente a las nuevas tendencias en espacios de trabajo»

> PAULA MACHÍ:
«El sistema Olut, me fascina»