Cal Roure empieza por tener una ubicación envidiable: al final de una calle tan singular como la de L’Argent y con fachada principal a la plaza, mirando hacia el saliente y la casa de la villa. Un oasis de paz y tranquilidad para su escapada perfecta. De hecho, de todas las casas de la plaza, es la que mejor resiste el contraste con el edificio neoclásico del Ayuntamiento, que la supera en volumen y en la rotundidad del poder público, pero no en la gracia menestral y popular de la sociedad civil.
El interiorismo del HOTEL CAL ROURE no decepciona. A pesar de contar con instalaciones acordes al momento actual, parece sumergirte en la historia del propio edificio. Habitaciones amplias, luminosas, exquisitas, únicas y con piezas OLUT para vestidores abiertos o mesitas auxiliares. Todo perfectamente vinculado y coordinado con el entorno. Disfruta de la visita…
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