Las oficinas aspiran a convertirse en clubs, en lugares que generen pertenencia. La idea es que las empresas se conviertan en un imán de atracción para los empleados, en un punto donde puedan recargar la energía. “Ahora, si no tienes una grada, no eres moderno”, bromea Morgui sobre este concepto surgido de Silicon Valley que reivindica el ágora. V E R P R O Y E C T O
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